¿De Dónde Vine?
El Origen del Hombre:
¿Pura Casualidad o Diseño Divino?
Sabemos de donde procedieron nuestros padres pero, ¿de dónde vinieron nuestros PRIMEROS padres?
DOS OPCIONES
Para contestar esta pregunta nos quedan sólo dos opciones: o el hombre llegó a ser por pura casualidad –el producto de innumerables «mutaciones» fortuitas ocurridas durante muchos «millones de años»– o fuimos creados por un Gran Diseñador. Estas dos ideas se pueden expresar de la siguiente manera:
«Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios»[1].
Por supuesto, nadie se atrevería a decir que una casa es capaz de llegar a ser por pura casualidad. Su orden y diseño apuntan al que la ha diseñado y edificado. Asimismo, el cristiano fiel cree que…
«Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos»[2].
Por otra parte, si Dios es nuestro Creador, entonces será también nuestro Juez. El apóstol Pablo dijo:
«Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea buena o sea malo»[3].
Si el hombre ha sido creado «a imagen de Dios»[4], entonces se diferencia de todas las otras criaturas vivientes; es mucho más que un simple animal. Por último, si Dios es nuestro Hacedor, ¡LA VIDA TIENE SENTIDO! El siervo fiel de Dios ahora vive en la tierra con el fin de glorificar a su Creador[5] y también con la esperanza de vivir con Él en el Cielo después después de la muerte[6].
UNA CÉLULA Y EL ORDENADOR
Los científicos se maravillan al contemplar las cosas más pequeñas de nuestro universo, las cuales a primera vista parecen ser sencillas, pero que, en realidad, encubren un mundo de orden y complejidad. Por ejemplo, ¿sabía usted que una célula de cualquier organismo viviente es muchísimo más compleja que el ordenador? Hay que admitir que ningún ordenador sería capaz de llegar a ser por pura casualidad, aunque tuviera millones de años para hacerlo. Sería absurdo pensar que hace millones de años, por un proceso desconocido y espontáneo, se formó el microprocesador solo y sin la ayuda de un ser inteligente. Sería un disparate argumentar que por el mismo proceso se crearon el disco duro, el teclado, el ratón, etc. El orden y diseño de esta asombrosa máquina apuntan al que lo ha diseñado: el hombre. Del mismo modo, sería ridículo creer que el hombre —un ser viviente millones de veces más complejo que cualquier computadora– pudiera haber llegado a existir sin la obra creativa de un Diseñador sumamente ingenioso. ¡El hombre ha venido de Dios!
[1] Hebreos 3:4, Versión Reina-Valera (Revisión 1960).
[2] Salmos 19:1, Versión Reina-Valera (Revisión 1960).
[3] 2 Corintios 5:10, Versión Reina-Valera (Revisión 1960).
[4] Génesis 1:27
[5] Isaías 43:7; Eclesiastés 12:13
[6] 2 Corintios 5:1; 1 Pedro 1:3,4; Filipenses 3:20; Hebreos 10:34; Mateo 6:19,20